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El estrés físico: más allá del mal humor

by Abitü Shop |

Hace poco leímos un articulo que habla sobre el alto número de pacientes con dientes rotos a partir de marzo. Pacientes reportan a los dentistas muelas rotas, dolor de quijada y dolor de cabeza. 

¿Coincidencia con la pandemia? Absolutamente. 

El ser humano está acostumbrado a vivir con estrés. Al final del día, un poco de estrés es normal. Es la respuesta encargada del instinto "flight or fight", nos mantiene en un estado de alerta y deja que nuestros instintos tomen las riendas en situaciones difíciles. 

Sin embargo, no estamos acostumbrados a vivir en un estado constante de incertidumbre. No estamos acostumbrados a pensar que el ir al súper o al salón, o a hacer nuestra vida normal, representa un riesgo alto. Todos estos sentimientos de no saber cuando vamos a poder retomar nuestra vida cómo antes nos generan mucho estrés, y hemos vivido con un exceso de estrés casi 10 meses. 

¿Cuáles son algunos síntomas físicos del estrés, además de dientes rotos? Contracturas, fracturas (al estar bajo mucho estrés no ponemos atención a lo que hacemos paralelamente, así que podemos ser más propensos a caídas y accidentes), dolor de cabeza, dolor de estómago. 

¿Qué podemos hacer?

Hay que entender que el hecho de experimentar síntomas físicos de estrés no nos hace más débiles, simplemente es una reacción a un suceso nunca antes visto. Existen diferentes técnicas que puedes utilizar para un mejor manejo de estrés y para que estos síntomas físicos no causen tanto daño. 

1. Si eres de los que aprieta la quijada, pide una guarda a tu dentista. Existen muchos tipos de guardas y te pueden ayudar mucho a no apretar los dientes en las noches, cuando no te das cuenta. 

2. Practica una técnica de relajación muscular. Antes de dormir, ya en la cama, haz un check-up de todo tu cuerpo, empezando por los pies, y activamente enfócate en las partes que sientas rígidas o tensas. Inhala y exhala lentamente. 

3. Si el estrés físico te desgasta demasiado, puedes encontrar apoyo hablando con un terapeuta calificado. 

Recuerda que pequeños cambios se acumulan y dan resultados positivos. La meta es encontrar ese punto de relajación que te ayude a sobrellevar los momentos difíciles de la vida. 

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